2 de Mayo de 1854
EL HUNDIMIENTO DE LA FRAGATA
“MERCEDES” EN CASMA
El Mariscal Castilla que se preocupó desde su primer gobierno (1845-51) por una política de seguridad externa del país, empezando por el dominio del mar, fue igualmente continuada durante el gobierno de Echenique (1851-55) llegando así el Perú a contar con una escuadra importante que dominaba el Pacifico. El maestro Basadre anota que eran 17 unidades modernas para su época, de las que podemos referir la fragata “Apurimac” que arribó al Callao con oficiales y guardiamarinas que habían practicado en el escuadra francesa, las goletas “Tumbes” y “Loa”, el buque a vapor “Ucayali” y la fragata a velas “Mercedes”, que fue destinada a colegio de instrucción práctica.
“La Mercedes” era, pues, lo que hoy constituye en las escuadras modernas un buque escuela, perfilando a nuestro país en la mitad del siglo pasado como potencia naval respetable.
Ocurrió que el 2 de Mayo de 1854 había que embarcar tropas en el Puerto Casma. Para tal cometido fue enviada la fragata “Mercedes” con el “Rímac”, el primer barco a vapor que poseyó nuestra armada, como anota el SJ Rubén Vargas Ugarte en su “Historia de la República del Perú”.
El “Rímac” y la “Mercedes” debían salir del Puerto de Casma rumbo al Callao. El capitán de Navío Juan Noel Lastra era el comandante de la fragata “Mercedes”. Ese 2 de Mayo era remolcada desde la rada del puerto a alta mar la “Mercedes”, por su condición de velero, por el vapor “Rímac”. Casi a la vista del puerto se rompió el remolque y antes que pudiera pasarse nuevos calabrotes desde el “Rímac”, la fragata “Mercedes”, cuyas velas estaban en sus pañoles, fue llevada al garete por los fuertes vientos hasta estrellarse contra la “isla de la viuda” o “roca negra”, como también se le conoce a un inmenso peñón próximo a la bahía del puerto de Casma. Sólo unas cien de las ochocientas personas embarcadas lograron salvarse. El comandante Noel, con responsable valentía, se negó a abandonar a su barco buscando salvar a su tripulación. Pereció así instalado en su cubierta con los demás marinos que como él se negaron a abandonarlo.
La valentía del Comandante Noel es recordado por todos los historiadores. Pero es importante también referirnos a la tradición, fuente oral de la historia. Así refieren algunos antiguos pobladores del puerto de ese 2 de mayo de 1854 sus “abuelos”, habitantes del puerto de Casma, espectaban angustiados el desenlace de tan dramático percance hasta llegar al hundimiento. Cuentan que el Comandante Noel hizo tocar a la banda de guerra marchas marciales mientras se producía el salvataje y el hundimiento apremiaba. Esa heroicidad y temple de este valiente marino peruano está plasmada en estrofas del himno de la Escuela Naval del Perú que le dedica estos versos:”Como el noble Noel, preferimos a salvarnos, a otros salvar”.
Esto explica el Decreto de 8 de mayo de 1854, expedido por el gobierno de Echenique, otorgando a la viuda de Noel pensión de contraalmirante, así como reconociendo además a los jefes, oficiales y tropas del ejercito y la armada, que perecieron en la “Mercedes” como muertos en acción de guerra, amen de que se expidieron otras células de montepío y otorgaron becas para los hijos de las victimas, como detalla Basadre.
Eran tiempos de acendrado nacionalismo. El pueblo de Casma y el Comandante Noel debían fundirse en la historia patria coincidiendo en la búsqueda de nuestra identidad nacional. Las circunstancias así descritas lo permitieron y como justo reconocimiento a la memoria de ese valiente marino, pionero de otros que llegarían al grado de Caballero de los Mares, el puerto de Casma se llama en adelante” Comandante Noel”.
Si el 2 de Mayo es la fecha que la Patria recuerda cada año con más publicidad y arraigo a la gesta del Callao, homenajeándose a Mariano Prado y José Gálvez, vale tanbien recordar héroes que en épocas de paz contribuyeron a forjar nuestra nacionalidad.
Por coincidencia, años atrás el 12 de enero de 1839, a un año del Combate de Islay, se produjo también el Combate de Casma como recuerda nuestra Marina de Guerra, en circunstancias que gobernaba Santa Cruz y la Confederación Perú-Boliviana era motivo de guerra, concluida días después con la Batalla de Yungay. En el escenario del mar casmeño estaban entonces los barcos chilenos que se enfrentaban a los de la Confederación, representados por una flotilla de corsarios, la que organizó Santa Cruz, valiéndose de extranjeros y barcos mercantes, tanto que esa flotilla estaba al mando del marino francés Juan Blanchet. En el fragor del combate Blanchet murió, pagando con su vida la ocasión casual que le preemitió sorprender con sus corsarios a los barcos chilenos que habían llegado hasta ese puerto para abastecerse de leña, lo que los obligó a librar combate.
Es la historia de nuestra patria, que se hace en cada rincón de nuestro territorio nacional. Vale la pena, por lo mismo, recordarla como un ejemplo de alentar también el espíritu regionalista que hace la Gran Patria Peruana, como suma de cada grano de arena que forman nuestras playas, testigos mudos de hechos heroicos como la tragedia del “Mercedes”, ocurrida en otrora próspero puerto que hoy, como otros, victimas del centralismo, han devenido en una suerte de abandono.
El Mariscal Castilla que se preocupó desde su primer gobierno (1845-51) por una política de seguridad externa del país, empezando por el dominio del mar, fue igualmente continuada durante el gobierno de Echenique (1851-55) llegando así el Perú a contar con una escuadra importante que dominaba el Pacifico. El maestro Basadre anota que eran 17 unidades modernas para su época, de las que podemos referir la fragata “Apurimac” que arribó al Callao con oficiales y guardiamarinas que habían practicado en el escuadra francesa, las goletas “Tumbes” y “Loa”, el buque a vapor “Ucayali” y la fragata a velas “Mercedes”, que fue destinada a colegio de instrucción práctica.
“La Mercedes” era, pues, lo que hoy constituye en las escuadras modernas un buque escuela, perfilando a nuestro país en la mitad del siglo pasado como potencia naval respetable.
Ocurrió que el 2 de Mayo de 1854 había que embarcar tropas en el Puerto Casma. Para tal cometido fue enviada la fragata “Mercedes” con el “Rímac”, el primer barco a vapor que poseyó nuestra armada, como anota el SJ Rubén Vargas Ugarte en su “Historia de la República del Perú”.
El “Rímac” y la “Mercedes” debían salir del Puerto de Casma rumbo al Callao. El capitán de Navío Juan Noel Lastra era el comandante de la fragata “Mercedes”. Ese 2 de Mayo era remolcada desde la rada del puerto a alta mar la “Mercedes”, por su condición de velero, por el vapor “Rímac”. Casi a la vista del puerto se rompió el remolque y antes que pudiera pasarse nuevos calabrotes desde el “Rímac”, la fragata “Mercedes”, cuyas velas estaban en sus pañoles, fue llevada al garete por los fuertes vientos hasta estrellarse contra la “isla de la viuda” o “roca negra”, como también se le conoce a un inmenso peñón próximo a la bahía del puerto de Casma. Sólo unas cien de las ochocientas personas embarcadas lograron salvarse. El comandante Noel, con responsable valentía, se negó a abandonar a su barco buscando salvar a su tripulación. Pereció así instalado en su cubierta con los demás marinos que como él se negaron a abandonarlo.
La valentía del Comandante Noel es recordado por todos los historiadores. Pero es importante también referirnos a la tradición, fuente oral de la historia. Así refieren algunos antiguos pobladores del puerto de ese 2 de mayo de 1854 sus “abuelos”, habitantes del puerto de Casma, espectaban angustiados el desenlace de tan dramático percance hasta llegar al hundimiento. Cuentan que el Comandante Noel hizo tocar a la banda de guerra marchas marciales mientras se producía el salvataje y el hundimiento apremiaba. Esa heroicidad y temple de este valiente marino peruano está plasmada en estrofas del himno de la Escuela Naval del Perú que le dedica estos versos:”Como el noble Noel, preferimos a salvarnos, a otros salvar”.
Esto explica el Decreto de 8 de mayo de 1854, expedido por el gobierno de Echenique, otorgando a la viuda de Noel pensión de contraalmirante, así como reconociendo además a los jefes, oficiales y tropas del ejercito y la armada, que perecieron en la “Mercedes” como muertos en acción de guerra, amen de que se expidieron otras células de montepío y otorgaron becas para los hijos de las victimas, como detalla Basadre.
Eran tiempos de acendrado nacionalismo. El pueblo de Casma y el Comandante Noel debían fundirse en la historia patria coincidiendo en la búsqueda de nuestra identidad nacional. Las circunstancias así descritas lo permitieron y como justo reconocimiento a la memoria de ese valiente marino, pionero de otros que llegarían al grado de Caballero de los Mares, el puerto de Casma se llama en adelante” Comandante Noel”.
Si el 2 de Mayo es la fecha que la Patria recuerda cada año con más publicidad y arraigo a la gesta del Callao, homenajeándose a Mariano Prado y José Gálvez, vale tanbien recordar héroes que en épocas de paz contribuyeron a forjar nuestra nacionalidad.
Por coincidencia, años atrás el 12 de enero de 1839, a un año del Combate de Islay, se produjo también el Combate de Casma como recuerda nuestra Marina de Guerra, en circunstancias que gobernaba Santa Cruz y la Confederación Perú-Boliviana era motivo de guerra, concluida días después con la Batalla de Yungay. En el escenario del mar casmeño estaban entonces los barcos chilenos que se enfrentaban a los de la Confederación, representados por una flotilla de corsarios, la que organizó Santa Cruz, valiéndose de extranjeros y barcos mercantes, tanto que esa flotilla estaba al mando del marino francés Juan Blanchet. En el fragor del combate Blanchet murió, pagando con su vida la ocasión casual que le preemitió sorprender con sus corsarios a los barcos chilenos que habían llegado hasta ese puerto para abastecerse de leña, lo que los obligó a librar combate.
Es la historia de nuestra patria, que se hace en cada rincón de nuestro territorio nacional. Vale la pena, por lo mismo, recordarla como un ejemplo de alentar también el espíritu regionalista que hace la Gran Patria Peruana, como suma de cada grano de arena que forman nuestras playas, testigos mudos de hechos heroicos como la tragedia del “Mercedes”, ocurrida en otrora próspero puerto que hoy, como otros, victimas del centralismo, han devenido en una suerte de abandono.
José Ramos Arnao
(Publicado en el diario El Comercio” de fecha martes 2 de mayo de 1989)
1 comentario:
por favor necesito la foto juan noel lastra ,si seria posible.gracias
Publicar un comentario