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jueves, 20 de agosto de 2009

"UN PEQUEÑO ARDID" - Por Augusto Llosa Giraldo



UN PEQUEÑO ARDID


 

Algunos personajes envilecidos por el odio y otros expertos buscadores de emociones fuertes, han intentado con lo más sofisticado de la tecnología, hallar tu pequeño escondrijo que te cobija inmune de la preocupación entúpida de la gente y a la fecha han fracasado.

Ante estos hechos de controvertida opinión y parcial condena, hay quienes han propuesto que tu captura sea asumida como política de Estado y haya recompensa para quien de una pista segura que conduzca a tu paradero; otros por el contrario discrepan, argumentan violación de derechos, intolerancia, canibalismo, etc.
La opinión pública mayoritaria – ante estos hechos – según la última encuesta, duda, no avala plenamente las medidas adoptadas por el contrario un buen sector de la población, pide diálogo, compresión, tolerancia.

En este contexto dividido de dimes y diretes, de tirios y troyanos, llegó una sorpresiva noticia aun no confirmada: “Murió la alegría, victima de tristeza”. Todos los interesados guardaron silencio cómplice, menos uno, que distante del bullicio asfixiante de la urbe, sonreía seguro de conocer que todo esto era un pequeño ardid publicitario, porque la alegría no había muerto, por el contrario ésta reía a carcajadas.
Detrás de los silencios misteriosos hay una singular evidencia que pocos conocen, porque ésta se encuentra estratégicamente escondida entre el rumor tedioso del día y el claro obscuro del cielo que denota su presencia vital, inocultable.

martes, 18 de agosto de 2009

HOMENAJE A CARLOS OQUENDO DE AMAT - de Augusto Llosa Giraldo.



HOMENAJE
A CARLOS OQUENDO DE AMAT

En esta noche lluviosa, puneñista, muy cerca de tu tierra amada; con ese olor propio de tu tierra santa, leo pacientemente el voluminoso esfuerzo de tú condición; conozco tu pobreza franciscana, cómo tu grandeza inolvidable por los pobres que fue el final de tu inmolación en Navacerrada, Carlos.
Y, cómo nos duele saberte tan lejano para llevarte un poquito de mi aliento, de mi añoranza provinciana que te acoge humildemente, y te hace suyo, hermano.
Cómo pudiste soportar tanto lo que pocos han escrito, o han callado cómplices para ocultar la genialidad propia de tu pluma invencible en donde el verbo rebelde te recuerda y llora en la profundidad roja de mi corazón que sufre la ausencia de tus latidos que ya no dan la hora en estos años insulsos, dolidos que nos consume a pocos, en un rincón olvidado de tu pueblo, que sufre como yo y no te olvida.
Disculpa, hermano por estas palabras embebidas, nostálgicas, pero te prometo por estas rejas frías que me enrejan, y el aire tuyo que respiro, que no cesaré en devolverte el favor que te tengo pendiente por haberte conocido voluntariamente en abril, y mas exactamente un catorce más un día. Porque a decir verdad, te debo mucho de ésta inspiración que me a cogido plenamente hasta el cogote, y a inundado tus palabras todas mis neuronas – cómo dulce savia – para no olvidarlas ¡Nunca!, pronto te visitaré para dialogar y confesarte personalmente una verdad indiscutible, amigo Carlos Oquendo de Amat.

REVISTA "AMALGAMA" Nº 01 - Lima 1987



REVISTA “AMALGAMA
Lima - 1987


POESIA CERO
He visto pasar el polvo angosto
de mis huellas, y los he visto
lentos, tardíos como
nunca lo había
pensado.
Es que los tiempos pasan
por encima de nosotros
dejándonos viejos, solos
noctámbulos
en un día
lóbrego
de
invierno.



POESIA ONCE



Comienzo a recorrer
las penumbras encallecidas
de la noche, buscando encontrar
el sinónimo arrepentido de la sombra,
escudriñando los rincones lejanos y
oscuros de la casa, sin ánimo ni esperanza
sentida.



POESIA DOCE

Ultimé la visión oblicua
de la tarde creyendo poder
oscurecer la brillante errante
de la dicha.
Torpeza infame de pretensión
anquilosada de vulgos inquilinos
agazapados en la turbia desiciòn
de una mente afiebrada.



POESIA TRECE

Angustia fraterna solidaria,
confidencial, te extraño
siempre cuando estás
a mi costado
cabizbajo,
huraño,
triste.

No comprendo que pasó el viernes
cuando huiste apresurado
sin decirme adiós,
ni dejarme encargos
para tu amada.

Ahora te extraño simple como
una manzana roja y redonda
de otoño.


CONSTANTINO

Con que alegría te conocí ontariano
azul de los cielos estrellados.
Nube blanca lejana pero
silenciosa.
Pequeño trotamundo
campesino de los
andes graníticos
de la muda
quietud
sin tardes
tristes e
inigualables
de esta noble
virtud de la
opulencia
pobre
pero
rica.






Nota.-
La Revista AMALGAMA se publicó en mayo de 1987, bajo la
dirección de Jorge Tafur, y Augusto Llosa Giraldo como Sub Director.
Estuvo dedicada al Poeta Javier Heraud con motivo del Aniversario de su muerte.
Integrantes del Grupo Literario “Gaviota” que animó la Asociaciòn Nacional de Escritores  y Artistas - ANEA  allá por años de 1987 – 88, durante la Presidencia del Dr. Luis Hernán Ramírez, excelente poeta y escritor que ya descansa en Paz.  Tuve el alto honor de conocerlo y tratarlo personalmente.