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viernes, 15 de octubre de 2010

"YO PIENSO DE QUE" - Blog del Poeta casmeño Dennis Àngulo

 

 

YO PIENSO DE QUE

UN POETA, UN PERRO, UNA PLAYA Y NO ME JODAN

Tuesday, October 26, 2004

aquellos días

Hace dos años yo era un imbécil. Entonces aprendí a escuchar la voz del mar. La voz del mar era clara y contundente: eres un imbécil, me decía. Cambié.
Podría dar una detallada lista de los cambios aplicados a mi vida diaria. Pero estos básicamente podrían reunirse bajo un solo concepto. Dejé de preocuparme. Ya no era mi problema si un día La Fábrica de Hielo explosionaba y Casma desaparecía en una nube atómica de raspadilla. No me incumbía la desagradable proliferación de campamentistas en La Gramita.No era culpa mía si a Pistola se le caía la oreja. Si Dorita dejaba de quererme mi devastado cadáver seguiría caminando sin rumbo por la vida. Nada muy grave que digamos.
Vamos, dejé de preocuparme, pero no dejé de estar al tanto de lo anteriormente mencionado. La Fábrica de Hielo ha sido y será una de mis obsesiones casmeñas mas caras. Cuando era un imbécil y estaba, de puro imbécil, a punto de abrir una librería en Casma, reparé en la Fábrica de Hielo. ¿Qué hacen? Nada, enfrían agua. Noche y día. Operarios vestidos de cegador blanco recurren a pínzas crustáceas para movilizar majestuosos bloques de agua congelada, siempre cubierta de una leve capa de aserrín húmedo. No hablan mucho, ni socializan demasiado con la comunidad. Son como sacerdotes del bajo cero al que nosotros le debemos el don de refrescarnos. Cada vez que destapo una Concordia reposada tres horas en un balde con hielo les agradezco en su mismo silencio.
Creía que la Fábrica de Hielo colapsaría un día. Los refrigeradores se malogran constantemente, ¿cómo no habría de dañarse un referigerador gigante? No solo corríamos el riesgo de una detonación sin precedentes en la ciudad, sino que además Intenté vanamente reunirme con algún administrador, alguien encargado, a fin de hacerle saber de una preocupación razonable por el tema de la seguridad. Fue en vano. Aparte de los operarios silentes no parecía haber nadie más a cargo. Y la Fábrica trabajaba noche y día, sin descanso. Imagínense el zumbido de cinco millones de refrigeradores juntos.
Compré un extinguidor de segunda mano. Estaba dispuesto a donarlo, a dejarlo en manos de algún operario en caso de un imprevisto. Me abrieron la puerta, uno de los de blanco me miró de arriba abajo mientras una ola gélida me hizo retroceder dos pasos. Detrás suyo una ciudad de hielo crujía entre vapores y aserrín. Aquí solo hay hielo. El hielo no arde, me dijo y cerró. Eran los días en que era un imbécil.

LA PROCESIÒN FANTASMAL - Relato de Josè Luìs Yarlequè Gònzales



Josè Luìs Yarleque Gònzales, casmeño, autor de este relato.


LA PROCESIÒN FANTASMAL
(Relato)


Casma, es una ciudad católica desde tiempos virreinales. E1 siguiente relato, trata sobre las procesiones religiosas.
Cuentan las personas más antiguas de Casma, que por el año 1940, salía a la media noche una procesión que recorría las calles de Casma, acompañada de una banda de músicos que tocaban una melodía fúnebre que escarapelaba el cuerpo al escucharla. Muchos pobladores devotos se unían para acompañar la procesión; en el recorrido, a  los que se unían, les entregaban una vela. La ruta era muy extraña porque se dirigía al cementerio de Casma y cuando se encontraban cerca del camposanto, las velas se convertían en huesos pequeños y las personas que se unían a la procesión, ya nunca regresaban a sus casas porque se internaban en el cementerio para no volver.
 Cierta noche, Pascual, un peluquero de la época, se había quedado dormido en su peluquería. Dormía muy placidamente, cuando la música de una banda que se escuchaba lo hizo despertar sobresaltado; salió a ver qué sucedía y desde la puerta vio que estaba pasando una procesión con mucha gente, muy asustado, cerré la puerta de su taller y salió corriendo en dirección a su casa. Era ya de noche y comenzó a recordar lo que contaban de la procesión fantasmal.
Corría desesperado, el miedo se le reflejaba en el rostro, iba mirando hacia atrás y no se dio cuenta de que en medio de la vereda, había un poste de luz. El choque fue violento, cayó aparatosamente con la nariz rota y unos dientes menos, en ese instante, los curiosos y chismosos se aglomeraron para ver qué había pasado. Pascual, adolorido por el golpe, preguntó la hora y le respondieron que eran las siete de la noche. Al oír esto, Pascual rompió a reír tan fuertemente, que los que lo escuchaban, pensaron que estaba loco y se fueron.
Pascual se reía, porque creía que era la media noche y que la procesión, era la PROCESION FANTASMAL y no recordaba que Casma estaba celebrando la fiesta de la Patrona Maria Magdalena,  Qué gran equivocación. Un poquito mas y le pudo costar la vida.

José Luís Yarlequé Gonzáles.-

 Natural de Casma (1974), Bachiller  en Comunicación Social, a publicado: “Cuentos para leer en la Noche”, “Cuentos del Abuelo”, “Era una tierra de Guerreros”, y “El último Narrador de Cuentos”, y la Publicación “Crónicas Espaciales”.






jueves, 14 de octubre de 2010

COMPENDIO HISTÒRICO DE CASMA - (Fragmento del Libro de Augusto Llosa Giraldo)



COMPENDIO HISTÒRICO DE CASMA
(Fragmento)



JURA DE LA INDEPENDENCIA EN CASMA 

Los pueblos de Huarmey y Casma, juraron su Independencia los días 16 y 17 de Noviembre del año de 1820 (subrayado nuestro) como se advierte por el informe del 1º de Marzo de 1821, del Gobernador de Casma Don Thomas Poveda.
El Comandante Don Santiago Fonseca y el Cabo Baltasar Orrantia son los protagonistas principales de estos magnos sucesos, haciendo abandonar de sus empleos a los realistas del pueblo de Casma”.
Como podemos observar, Casma no permaneció ajena al acontecer nacional, que desde ya nos enaltece a los Casmeños. 

CARTA DEL LIBERTADOR SIMÒN BOLIVAR. 

Lograda la Independencia Nacional del Perú el 28 de Julio de 1821, los españoles todavía resisten en algunos lugares del país, negándose a abandonar el territorio patrio, y como tal se disponen a dar la última batalla, que en definitiva sello la independencia de nuestro país. 
Esta importante tarea de expulsión y rendición de las tropas del Virrey La Serna, fue encomendada al Libertador Venezolano Don Simón Bolívar, quien junto a su estado mayor se preparan para dar el combate final.  En esta tarea de organización por la afirmación de nuestra independencia, el Departamento de Ancash, jugó un papel preponderante en los planes del Libertador; en cuyo territorio según sus palabras: “Debían llevarse a cabo los encuentros militares”.- Según todos los cálculos de Bolívar, expresados en Carta que le dirigiera al General Sucre el 13 de Febrero de 1824, desde su Cuartel General de Pativilca en el que le reitera su propósito de convertirlo en campo de batalla, para lo cual debían de extraerse o eliminarse todos aquellos recursos o cosas que podían favorecer al enemigo.
Si los sucesos hubieran ocurrido, como lo preveía Bolívar, tal vez el nombre de uno de los pueblos de Ancash hubiese alcanzado la gloria que hoy comparten Junín y Ayacucho. Por la importancia de esta carta, reproducimos fragmentos de ella.
“Mando a usted otra vez a mi edecán Santamaría a llevarle nuevas instrucciones y esta carta. Creo que deberé irme pronto para Trujillo, porque ya empiezan a llegar los refuerzos que espero de Colombia y porque estando aquel departamento intacto y en seguridad, debemos aprovechar el tiempo para sacar recursos de él.  Luego que se pierda Lima, que será dentro de ocho días a más tardar, queda amenazado el Departamento de Huailas (Ancash) y pedida toda la costa hasta Casma, porque las fuerzas del enemigo por esta parte pueden concentrarse aquí; y cuando venga Valdez del Alto Perú, entrará por Huanuco a Huarás, o seguirá por Huari, y este cuerpo de tropas seguirá a Huarás por el camino de Marca.  Por lo menos, toda la caballería viene aquí, porque hay pastos y víveres para ella y no adelantarán hasta Casma, porque hay dos grandes despoblados (desierto) y el país carece de pastos además, podrá ser cortada esta caballería y atacada por un cuerpo nuestro que bajase de la sierra… En Cajatambo debe quedarse un cuerpo de observación, pero montado, aunque sea de infantería, para que pueda moverse con facilidad.  En Pativilca quedará el Comandante Navajas con su escuadrón de “Lanceros del Perú”, con orden de replegarse hasta Casma y Nepeña en caso de ser perseguido.  Si este Comandante se porta bien, que continué haciendo servicio, y si no, que vaya a retaguardia de Santa… Así, pues, nuestra guerrilla pueda quedar mientras tanto de Casma hasta Pativilca, de Huarás hasta Cajatambo y de Huari hasta Huanuco, pero estas guerrillas deben ser motadas (12).  El resto del ejército debe colocarse por escalones, la caballería de Casma hasta Lambayeque; la infantería de Huarás hasta Pallasca y de Huari hasta el mismo Pallasca que es donde se reúnen ambas direcciones… Quiere decir todo esto: 1º) lo que nosotros debemos limpiar todo el país que queda ocupado por nuestras guerrillas, 2º) que debemos aprovechar todo el paralelo al norte de Casma, Huarás y Huari hasta Pallasca…” 
A tenor de la mencionada carta, Ancash era el territorio de emergencia, donde acaso podían desarrollarse todas las operaciones militares y decidirse la suerte del Perú y de América. Ancash debía pues convertirse en campo de batalla y para ello había que preparar de antemano todo lo que podía favorecer al ejército patriota.  El departamento quedaba divido estratégicamente en dos zonas perfectamente definidas.
Una tercera zona quedaba fuera del territorio Ancashino y era donde debía ir a parar todos los recursos recolectados en las otras dos.  Desde Pallasca hasta la altura de Casma, Huarás y Huari, el territorio debía quedar sólo con los recursos indispensables para el mantenimiento de las tropas establecidas en esa zona.  Más adelante hasta Pativilca, Cajatambo y Huanuco la zona debía quedar desértica sin recursos y recorridos únicamente por guerrillas”.
En Febrero del año de 1824, el Libertador Don Simón Bolívar, acantonó las tropas en Casma, antes que este regimiento viajara al Callejón de Huailas para incorporarse a las tropas patriotas que marcharon a las Pampas de Junín. 
En todos estos preparativos y acciones previas a la gran batalla final, prevista por el Libertador, los pueblos de Ancash contribuyeron de manera decidida con sus aportes no sólo materiales; sino también, con un contingente constituido por jóvenes ancashinos, que luego tienen una destacada actuación en los campos de Junín y Ayacucho. Ofrendando de esta manera sus vidas muchos de ellos, en aras de justicia y la Libertad Patria. 
Lamentablemente no existen mayores documentos que prueben la participación directa de Casmeños en estas batallas, sin embargo estamos convencidos que Casma contribuyó en forma decidida en esta heroica acción libertaria, poniendo al servicio del Libertador Simón Bolívar, no solamente sus recursos materiales sino también su territorio, hombres, y mujeres que aún permanecen en el anonimato. 
Conquistada la Independencia Nacional en forma definitiva en la Batalla de Ayacucho el 9 de Diciembre del año de 1824, se comienza a construir los primeros cimientos de la futura República del Perú, para lo cual se llevan a cabo transformaciones políticas y administrativas, que permitan una mejor administración y control de la nueva Nación establecida por la voluntad soberana de nuestros pueblos. En estos primeros años de la Independencia Nacional, Casma comienza a tener mayor impulso comercial e incidencia en la vida política local y regional. 

LOS ÙLTIMOS DÌAS DE USHCU PEDRO (Fragmento de la Novela de Augusto Llosa Giraldo)


LOS ÙLTIMOS DÌAS DE

 USHCU PEDRO
(Fragmento)


CAPITULO  I

         Los últimos rayos del sol caían tristemente  sobre la cumbre del cerro “Ampicoto”, cual vigía contempla desde  la parte alta al pueblo  Quillo; el crepúsculo  enrojeció  repentinamente su resplandor como queriendo presagiar que algo iba  a suceder; mientras las tropas cansadas de Ushcu Pedro, hacían un alto para descansar, luego de un arduo viaje que los llevó cruzar la Cordillera Negra por la altura de Matacoto, tratando de abrirse camino pasó hacia la costa  para sorprender al enemigo y pertrecharse  de armas que en ese momento carecían, luego de  sufrir varias derrotas militares en el Callejón de Huaylas, y su posterior repliegue hacia la Cordillera Negra que hoy los cobijaba.

            Silenciosamente la tropa mal raída físicamente pero con la moral alta acampaba en la pequeña quebrada de Huallabanba para tratar de recuperar fuerzas y luego tomar Quillo por asalto. Pedro Cochachí más conocido como Ushcu Pedro, convocó de inmediato a su Estado Mayor para preparar el desplazamiento de la tropa y a la vez comisionar un destacamento de avanzada que inspeccionara la zona antes, y detecte al enemigo local y sus posibles refuerzos  de Lima que llegaban a través del Puerto Casma.

            La discusión fue larga como pocas veces ocurría para tomar una decisión sin mayor peligro. Al final se decidió  encomendar a seis de sus mejores hombres para infiltrarse por la noche en el pueblo e informar posteriormente los resultados de la presencia del enemigo.

            Los seis hombres fueron de inmediato convocados e informados de la acción y preparados para partir, Sólo llevaban un poco de cancha tostada, papa sancochada, y la buena suerte de los jefes al partir.

            A la mañana siguiente, Ushcu Pedro muy temprano pasa revista a su tropas mal raídas compuesta por  unos 300 hombres, se desplazaba preocupado, en su mente se encontraba presente la figura de sus hombres que en esos momentos cumplían la misión encomendada. Ordenó como una forma de tomar precaución y de confundir al enemigo que se  construyera  en lo alto de los cerros circundantes, figuras semejantes a hombre  con piedras y palos que a lo lejos aparentaran  ser guerreros armados dispuestos a atacar, mientras tanto los seis hombres hacían su ingreso al pueblo. Se habían dividido en dos grupos, uno de ellos se apostó junto a la iglesia y el otro a la entrada del pueblo que da a la parte baja. Ambos grupos llevan sombreros que les cubre la cara  para no despertar sospechas, asimismo gruesos ponchos  y su talega de coca que no cesaban de chacchar en todo el camino.

            A la mañana siguiente uno de los grupos se dirige a un tambo para comprar coca y a la vez indagar disimuladamente sobre las autoridades locales; uno de ellos pregunta en quechua:
.- Buenos días señora, véndenos coca.
.- ¿Cuánto desea?
.- Media libra nomás.
.- ¿Cuánto es?, pregunta el joven indio, a lo que el señor respondió:
.-  Son 5 centavos; (mientras la señora le daba el vuelto, uno de ellos preguntó).
.-  Disculpe señora, nosotros somos de Coracollo, y queremos saber quienes son las autoridades de Quillo, para hacer una gestión, ya que es la primera vez  que venimos; la señora mirándolos fijamente respondió:


.-  Al  costado de la iglesia se encuentra el municipio, allí está el alcalde, a él le pueden preguntar por las demás autoridades del pueblo.
.-  Muchas gracias, contestó el indio y haciendo una reverencia saliò del local.

            De otro lado el segundo grupo  se dedicó a recorrer silenciosamente las calles del pueblo a fin de descubrir la presencio del enemigo. Al cabo de varias horas no encontraron ninguna presencia militar, todo parecía normal, pero el aire tenso y enrarecido  denotaba algo que no podían explicarse en ese momento.
            Por fin llegó el medio día y sorpresivamente se inició un inusual movimiento de las principales autoridades locales, pronto las voces corrieron, se comentaba que las autoridades preparaban un gran recibimiento para homenajear a Ushcu Pedro – luchador de los campesinos -, la sorpresa fue mayúscula entre la gente, que entre sorprendida y asustada comentaba:
.- ¿Como es posible que reciban a ese indio bandido?, supay pa' guagua, ladrón que ha matado a muchos cristianos……

            Este comentario generalizado de inmediato corrió  cómo reguero de pólvora en todo el pueblo y la parte baja del valle.

            El alcalde anunció que las tropas de Ushcu Pedro se encontraban  cerca y serían bien recibidos  con honores, qué la familia Arteaga lo haría compadre para que bautice a uno de sus hijos; por ello el gobernador  encomendó  a una comisión compuesta de nobles quillupinos, que se encargarían  de invitarlo y comunicarle al guerrero rebelde  la decisión  de las autoridades del pueblo.

            Entre  sorprendidos y presurosos  encaminaron  su regreso los seis hombres encomendados por el jefe guerrero; no podían creer lo que habían  escuchado y visto con sus propios ojos, comentaban entre ellos sus impresiones y se resistían a  aceptarlo; al fin llegaron en horas de la tarde al campamento entre cansados y de hambre; de inmediato se dirigieron al lugar en donde se encontraba Ushcu Pedro; éste los saluda de pie y sin más preámbulos pregunta:
.- ¿Hay tropas enemigas?
.-  Manan canchu Tete.
.-  ¿Están seguros?
.-  Así es jefe, hemos revisado todo el pueblo y sólo hay cuatro policías, eso es todo…. Pero el pueblo sabe que estamos cerca de Quillo, así lo han dicho las autoridades, que lo van a recibir a Ud, para saludarlo y homenajearle; así como también lo van a hacer compadre, para eso viene una “comisión” de notables a invitarlo a Ud.

            Ushcu Pedro totalmente sorprendido por lo que acababa de escuchar, se saca el sombrero que lleva puesto, se rasca la cabeza  y luego de mirar el cielo azul, se sienta y pide que todos tomen asiento en circulo, transcurrieron varios minutos de silencio, luego se para bruscamente  y dice  a secas:

.- ¡Eso es una trampa, no lo puedo aceptar, hay que pensar que nunca los blancos miserables nos van a aceptar como ellos, y menos nos van a recibir como dicen, debe haber otro interés para que todos vayamos!.....¡Yo creo que es  una trampa!..... Ustedes que dicen…..

            Y mirando a todos los jefes, llama  a uno de los jóvenes asistentes, y pide un vaso de agua.

            El murmullo se generalizó, todos hablaban de dos en dos, Ushcu Pedro les escucha silenciosamente, hasta que de pronto poniéndose de pie, pide silencio y dice:

.-  Tomemos las cosas con calma, esperemos que venga  esa llamada” comisión”, para escuchar sus palabras y ver en sus ojos la traición…..

            Todos callaron en señal de acuerdo, y en silencio  se levantaron de sus asientos, y haciendo reverencia se retiran; sólo quedaron sus lugartenientes; Simón Huarca y el joven guerrero llamado Andrés.

            El frío de la noche en ciernes recogía los últimos rayos del sol, en medio de los roquedales que rodea a  la tropa, se podía divisar la débil luz mortecina de las lámparas que rodean el campamento  y al centro alumbra el gran fogón en donde se prepara la cena de la noche; que sería la última que Ushcu Pedro compartiría con sus hombres, a quienes amaba y quería como a sus propios hijos.

            Esta fue la noche más larga que vivió Ushcu Pedro, comió en silencio, pensando en los informes de sus hombres que habían traído de Quillo; terminada la cena, se dirigió a la parte alta en donde él, junto a sus hombres más fieles y de confianza dormían; se sentó, sacó su arma del cinto y acomodó su cama, consistente en gruesos jergones de lana de oveja y una frazada gruesa de hilo costeño; prendió un cigarro y comenzó así mismo a chacchar su coca sentado junto a Simón Huarca y al joven Andrés, quienes también chacchaban,  y silenciosamente contemplan el rostro del  jefe que parece arder entre la media luz que refleja el fogón desde la parte baja.
            Un viento suave pero frío recorrió el lugar; sólo los pocos caballos y burros de carga resoplaban y rebuznaban en medio de la oscuridad que cernía la agreste naturaleza, característica de estos valles montañosos de la sierra ancashina.

            Al cabo de una  hora, Ushcu Pedro veía como el pucho de su cigarro chispeaba y se apagaba, su coca en la boca no “armaba”, y se hacía agua; lo que lo llevó a levantarse bruscamente y gritar:

.-  ¡Maldición!

            Sus hombres al escucharlo  se levantaron asustados  de inmediato y prendieron presurosos sus pequeñas fogatas.

            Ushcu Pedro sudaba frío, y su cara desencajada  expresaba su rabia contenida, por lo que Simón y el joven Andrés acercándose y palmeándole el hombro le dicen:

.-  Jefe, no se preocupe, no va a pasar nada, nosotros lo vamos a proteger y a luchar por el bien de nuestra causa.

            A lo que él respondió.

.-  El cigarro y mi coca me  están avisando que algo malo va a pasar, estoy seguro, nunca me fallan….
.-  Pero jefe tenga calma, para eso estamos todos preparados para luchar y mientras  estemos unidos daremos la lucha hasta morir…

            Estas palabras de aliento  lo calmaron un poco; los dos hombres lo llevan cada uno del  de hombro nuevamente a su cama, y entre bromas comentan, que no se puede confiar en la superstición del todo, por qué a veces falla.

            Ushcu Pedro callado aceptó acostarse para tratar de dormir y se prometió no volver a fumar ni chacchar esa noche, pero por más que intentó le fue imposible hacerlo, y casi al amanecer,  apenas si “pegó el ojo”, antes de levantarse muy de madrugada. A lo lejos se escuchaba el canto de  una paca paca malaguera que por sobre unos matorrales de queñuales sobrevolaba sorpresivamente cómo tratando de escapar del mal augurio.

lunes, 11 de octubre de 2010

UN S.O.S (Relato de Augusto Llosa Giraldo)



Hermoso atardecer en el Balneario de Tortugas

UN   S. O. S

Las calles parecían un desierto alargado, vacío, huérfano de quienes habían sido sus beneficiarios y constructores? ¿Qué había sucedido aquella mañana innombrable que nadie quería recordar. Los pocos transeúntes que pasaban rápidamente cómo fantasmas de este a oeste a penas sí querían hablar cuándo se le preguntó por los pormenores de lo sucedido; silencio total y miradas esquivas fue la respuesta aparente a  nuestra inquietud que no encontró otra explicación en aquel enigmático momento.
Todo había trascurrido en minutos silenciosos que nadie se percató en un primer momento; sólo las aves  y lo semáforos  presintieron sus consecuencias fatales a tiempo; los primeros cómo por un efecto extraño fueron lanzados en bandadas por un viento sorpresivo que los arrojó muy lejos, en cambio los semáforos temblaban sin luz cómo queriendo correr. ¿Qué estaba pasando en mi ciudad de amurallados contrastes y vívida existencia?
Seguí caminando anonadado, perplejo por aquellas calles desiertas, furiosamente barridas por un viento inusual que nadie podía soportar, y que literalmente me quería levantar en peso, recibiendo no sólo polvo contaminado, sino latas vacías, cartones, papeles estrujados y embarrados con mierda y lodo. ¿A dónde me dirigía? No lo sabia, pero algo me decía que debía continuar  en aquella dirección, mientras el sol parecía ocultarse  tras el manto oscuro que formaba el polvo denso que cubría plenamente la ciudad.
Mis piernas apenas sí podían sostenerme de la furia del viento, tuve que detenerme y cogerme fuertemente de un poste que temblaba igual que  yo. Aterrado ya sin tener que hacer, ni decir nada, con la mirada escondida entre el poste y mi mano que la cubría; a lo lejos escuché un leve murmullo que me llevó a intentar mirar el cielo, y luego de varios minutos con dificultad pude observar un helicóptero que apenas se podía sostener  en el aire. Daba tumbos peligrosos en medio de un panorama estremecedor y violento.
De pronto se escuchó una voz por el altavoz que lanzaba un S.O.S  ordenando: “Todos los ciudadanos deben abandonar la ciudad en forma ordenada…” No escuché más, comencé a correr desesperado, casi volaba, el pánico me había cogido completamente y corría y corría, angustiosamente, hasta que doble por una calle hacia el lado derecho y ¡ Zaaas ¡ resbalé y comencé a caer por un túnel, angosto, oscuro, sin fondo, grité, griteee… hasta sentir ahogarme en  mi propia saliva y morir.

Desperté en una sala de un hospital, completamente vendado de pies a cabeza con una máscara de oxigeno conectado a mi nariz; a mi alrededor pude observar hombres vestidos de blanco que me miraban, mientras uno me auscultaba con una estetoscopio, el que parecía ser el jefe de los médicos. Al darse cuenta que qué había recuperado la conciencia se aglomeraron a mi alrededor, me tomaron el pulso, me sacaron la máscara de oxigeno y al fin me hablaron en un idioma que no entendía. Me sobrepuse con esfuerzo y pregunté:

.- ¿Dónde estoy?

.- ¿Qué ha pasado?

Uno de los galenos al verme  angustiado, contestó en español:

.- ¡Estas en Florida, Estados Unidos de Norteamérica…¡¡¡

.- ¡Eres el único sobreviviente del  avión que se accidentó hace tres días ¡¡¡

Me sobresalté en la cama y cómo si una chispa  eléctrica me tocara, me estremecí completamente, y comencé a convulsionar. Había comenzado a recordar todo lo sucedido en aquel avión que abordé, y especialmente de aquel sueño aterrador  que aùn recuerdo, quise sobreponerme pero un fuerte dolor en  la espalda me paralizó; continué llorando al recordar  todo lo sucedido, mientras observaba por la ventana a un pequeño colibrí  que afuera en el jardín sobrevolaba  como tratando de ingresar.
Una de las enfermeras al verme con cara de moribundo, abriò la pequeña ventana  còmo para congraciarse conmigo, en tanto yo saboreraba el  aire fresco que me repuso el alma.